OSWALD WIRTH
Con el fin de que no degenere en un esfuerzo estéril, la actividad que nosotros desarrollamos debe ser prudente.
Es por esto que nos importa tanto ver claro.
El grado de Aprendiz tiene por fin enseñarnos a conocer el error y a evitarlo a su vez; el grado de Compañero debe atraernos por lo verdadero y acercarnos a él. La venda al caer de nuestros ojos nos hace ver la luz y marchar hacia ella.
Nuestra marcha hacia la claridad no ofrece peligros ni nos acarrea perjuicios; porque el camino es seguro. Pero el viaje es tan largo que se necesita una gran resistencia para recorrerlo hasta el fin. Las decepciones desalientan de ordinario, desde el comienzo, a las almas mal templadas. El pensador ha podido, también, ser engañado; pero, acercándose, conoce la causa de su error y sigue adelante.
Caminando así, sin debilidades, observando siempre, razonando y comparando, esforzándose en adivinar, el espíritu humano se ilumina poco a poco, a medida que la luz se desarrolla en el entendimiento.
Tal es la iluminación que debe buscar aquel que ha visto brillar la Estrella Flamígera. En el curso de su peregrinación por la vida todo está llamado a instruirlo, si sabe aprovechar la luz que irradia de todas las cosas. Lo importante para él, no es desde luego saber mucho, sino saber bien lo que se sabe. La Gnosis es cuestión de comprensión personal y de penetración íntima, no de memoria o de asimilación superficial.
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