Genio

OSWALD WIRTH

El Compañero que, bajo el punto de vista psíquico llega a realizar el programa de su grado, no trabaja más aisladamente. Se sobrepasa en lo que emprende, como si estuviere poseído de una inspiración que en otro tiempo habrían atribuido a los dioses, a las musas, a los ángeles, a los demonios o a los espíritus. En realidad, misteriosas influencias le facilitan su concurso, pero ellas se explican muy naturalmente, por la acción psicológica que ejerce la colectividad sobre todo individuo que ha sabido entrar con ella en una comunión efectiva. No basta pertenecer a la Franc-Masonería simplemente de cuerpo, perteneciendo a una Logia y cumpliendo las obligaciones materiales contraídas en la iniciación. No se llega a ser verdadero Masón sino por el alma, al dejarse penetrar por las vibraciones transformadoras de la individualidad profana. No seremos verdaderos Obreros de la Gran Obra, sino cuando nuestra entidad intelectual y moral vibre al unísono con la gran alma de la Franc-Masonería. Cada uno de nosotros, en esto, debe aspirar al Genio, que bajo una forma u otra, no puede dejar de ser la herencia de todo Compañero auténtico.

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