OSWALD WIRTH
Es siempre presuntuoso convertirse en juez de una opinión, cualquiera que ella sea. Todas las maneras de ver divergentes son igualmente respetables cuando emanan de personas sinceras. Ellas expresan la verdad bajo los diferentes aspectos que puede tener en razón de los múltiples puntos de vista de que es susceptible de ser considerada. Se encuentra, pues, una parte de la verdad en todas las opiniones. Nadie está en el error absoluto y nadie, por otra parte, puede enorgullecerse de poseer la verdad perfecta. Seamos, pues, indulgentes y no pidamos a los demás que vean las cosas como nosotros mismos. Las inteligencias son débiles y no se aproximan a la Verdad sino recorriendo una serie de etapas que es preciso alcanzar una a una. Para favorecer el progreso de los espíritus es preciso, pues, tomar en cuenta las fases sucesivas de toda evolución intelectual. Se obtendrán los mejores resultados con una discreta acción. Nunca será excesiva la aplicación de la divisa de Rabelais:
“Noli ire, fac venire”. No fustiguéis a los retrasados para obligarlos a marchar contra su voluntad, contentaos con precederlos dándoles valor: no tardarán en seguirnos. Cuidaos sobre todo de no proceder por afinnaciones, por fórinulas y por dogmas. Nada está más lejos del espíritu masónico. No tratéis de imponer nuestra manera de ver; llevad a los demás a descubrir lo que vos mismo habéis encontrado. Pensad y haced pensar.
Wirth es simplemente genial para tratar el tema de la Tolerancia, tanto como otros. Junto con su tremenda erudición en antiguos escritos desde la Mitología, la Cábala, la Alquimia, el Hermetismo y las citas, como a este antiguo monje y médico Frances Rabelais. Cada párrafo de Wirth encierra un compendio, simplemente abre un camino a una tremenda e interminable ruta de conocimientos.
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