OSWALD WIRTH
El 14 de Enero de 1882, la Logia “Los Libres Pensadores” del Oriente de Pecq (Sine-et-Oise) creyó poder acordar la iniciación masónica a María Deraismes, conferenciante eminente, estimada digna de llevar el mandil simbólico. Esto era una innovación contraria a los usos de la Masonería universal que obligó a la Gran Logia Simbólica Escocesa a declarar en sueño la Logia de Pecq y anular una recepción tachada de ilegalidad. Esto no impidió que la neófita se considerara como una buena y legítima masona, tanto que más tarde, en Marzo de 1893, se creyó autorizada para conferir la luz masónica a otras mujeres. Así nació la Gran Logia mixta “El Derecho Humano” que se dedica en Masonería a tratar al hombre y a la mujer sobre la base de una perfecta igualdad. Esta Obediencia es considerada como irregular, lo mismo que las Logias que han adoptado sus principios.
La Masonería, sin embargo, está lejos de desinteresarse por la iniciación de la mujer, pero el problema es difícil de resolver y no debe ser encarado desde el solo punto de vista de las reivindicaciones feministas.
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