Los Maestros Escoceses

OSWALD WIRTH

El 21 de Marzo de 1737, el caballero Andrés Miguel Ramsay, calificado “Gran Orador de la Orden” fue llamado a pronunciar, para una recepción de Francmasones, un discurso que tuvo una gran resonancia.
La Francmasonería estaba sujeta, por una parte, a los misterios de la antigüedad, pero más directamente a las órdenes religiosas y militares que se constituyeron con motivo de las Cruzadas. Instruido en la historia de su país, Ramsay creía encontrar en Escocia el hogar donde las tradiciones masónicas se conservaban en el máximo de su pureza.
Esta plancha de arquitectura no aspiraba más que a instruir a los neófitos y a los Masones en general. Teorías atrevidas se encontraban expuestas con entera buena fe. El autor no proponía, por otra parte, ninguna innovación, ni la creación de grados suplementarios, ni la reforma del ritualismo entonces en uso.
Sin embargo ha venido a ser responsable de todas las invenciones que debían lanzar a la Masonería en intrincadas complicaciones.
En realidad, Ramsay, no hizo directamente nada, pues jamás él se imaginó el sistema de grados que le fue atribuido más tarde. Pero los que lo concibieron se inspiraron visiblemente en las ideas emitidas en el famoso discurso de 1737.
Comparando la Masonería con la Caballería Religiosa, Ramsay, había hecho corresponder:
Los Aprendices a Novicios,
Los Compañeros a los Profesos, y
Los Maestros a los Perfectos.
De aquí se tomó base, más tarde, para combinar una Masonería en seis grados, después en siete o nueve, en seguida en veinticinco y finalmente en 33. En su origen, sin embargo, no se vio aparecer más que Maestros Escoceses cuyas intenciones, eran a no dudarlo, muy loables. Se proponían, en efecto, reformar la Masonería importada de Inglaterra, tomando como modelo la Masonería de Escocia, que bajo la fe de las afirmaciones de Ramsay, creían más antigua y mejor organizada.
Estos reformadores, no parecían haber constituido inmediatamente un cuarto grado; pero como ellos pretendían en sus Logias ciertas prerrogativas, la Gran Logia Inglesa de Francia, creyó un deber oponerles el texto siguiente que forma el artículo 20 de las Ordenanzas generales aprobadas el 11 de Diciembre de 1743:
“Habiendo notado desde hace poco que algunos Hermanos se presentan bajo el título de Maestros Escoceses y reivindican, en ciertas Logias, derechos y privilegios de los cuales no existe ningún dato en los archivos y usos de todas las Logias establecidas sobre la superficie del Globo, la gran Logia, a fin de mantener la unión y la armonía que debe reinar entre todos los Francmasones, ha decidido que todos esos Maestros Escoceses, a menos que sean Oficiales de la Gran Logia o de una Logia particular, deben ser considerados por los Hermanos iguales a los otros Aprendices o Compañeros cuyas insignias deben llevar, sin ningún signo de distinción”.

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