OSWALD WIRTH
Puede ser que los refugiados ingleses se hayan dedicado en Francia a los trabajos masónicos más o menos en 1649, fecha de la condenación a muerte y de la ejecución de Carlos II. Es posible que entre aquellos que frecuentaban la corte de Saint Germain, o tal vez entre los oficiales de los regimientos irlandeses al servicio del Rey de Francia, hubiesen Masones aceptados. ¿Se reunieron alguna vez, en la forma consagrada, para “tener logia” según el uso de la época? Esto es muy posible, pero nosotros carecemos hasta hoy día de pruebas documentadas.
De todas maneras, no se trataba de fundación de logias permanentes, que sólo se reunieron periódicamente a partir del primer cuarto del siglo XVII. Todavía, nada se puede afirmar en lo relativo a las primeras logias, que fueron regularmente constituidas en el Continente: L’Amitié et Fraternité, Orden de Dunkerque (actualmente Logia N2 313 de la Gran Logia de Francia) y La Parfaite Union, Orden de Mons, reclaman la primicía, y pretenden tanto la una como la otra, ser fundadas en virtud de la constitución dictada por el duque de Montagu en 1721.
Desgraciadamente, las actas de la Gran Logia de Inglatena, no hacen ninguna mención al respecto.
En París, se hacen remontar las primeras reuniones masónicas al año 1725. Un grupo de ingleses, a cuyo frente estaba Carlos Raclyffe, que fue después Lord Derwentwater, desde la decapitación de su hermano menor (James Raclyffe, ejecutado en Londres el 14 de Febrero de 1716), el caballero Maclean (del cual los franceses hicieron Maskelyn) y Francisco Heguerty, cadete del regimiento Dillon, parecen haber tomado la costumbre de reunirse en la calle de Boucheries, en casa de un comerciante inglés llamado Hure cuya tienda se llamaba “Louis D’Argent”. Esta logia no pudo constituirse sino de motu propio, es decir en virtud de los derechos que sus fundadores creían tener por su iniciación y no pretendió quizás darse un título distintivo. Parece, sin embargo, que fue puesta bajo el patrocinio de Santo Tomás de Cantorbery. Compuesta casi exclusivamente de refugiados jacobinos no tuvo relación alguna con la Gran Logia de Londres, cuya autoridad central tendía a esparcirse.
El 7 de Mayo de 1729, Andrés Francisco Lebreton fue maestro de una Logia que se reunía en la calle de la Boucherie “A la Ville de Tonnerre” en cada de Debure. Esta fue la Logia Santo Tomás o Luis D’Argent, que el 3 de Abril de 1732 se hizo conceder una carta regular bajo el N2 90, por el vizconde de Montagu, entonces Gran Maestro de la Gran Logia de Inglaterra.
De esta Logia se desprendió otra el 1 de Diciembre de 1729, que tomó el nombre de su fundador Costown, llamado Costaud, que tomó después el nombre de “Loge des Arts Sainte Margueritte”.
Una cuarta Logia fue constituida en 1735, en la calle de Bussy en la casa de un comerciante llamado Landelle. Se llamó a Logia d’Aumont, en la que el duque de ese nombre fue recibido.
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