OBRA SOCIAL DE LA MASONERIA

ALDO LAVAGNINI

Este concepto de la cooperación masónica es el que hace posible la Obra Social de la Institución, cuya exacta naturaleza y cuya base, que es la perfecta libertad individual, no pueden ser comprendidas por los profanos, en virtud de esta misma cualidad que los aleja del Templo Simbólico de sus Misterios, cuya puerta sólo puede abrirnos nuestro grado de comprensión.

A raíz de su naturaleza eminentemente orientadora, la Obra Social que explica la Masonería no puede ser nunca dirigida –según se entiende en el mundo profano-, por ninguno particularmente de sus miembros, sea cual fuere su grado masónico y el puesto, cargo o responsabilidad que se le haya conferido.

Cada masón tiene que trabajar individualmente, de acuerdo con su propia visión ideal y bajo su exclusiva responsabilidad, ofreciéndole la Institución el campo en el que se puede afinar, forjar con otros HH.’. –dado que a todos los unen los lazos de la amistad y de la solidaridad- los ideales y los planes de una determinada actividad exterior, que debe constituir, de acuerdo con su propia interpretación, su parte en el Plan del G.•. A.•., la piedra particular que le incumbe trabajar, y que deberá de tomar su lugar en el Templo que la Masonería levanta constantemente, por medio de toda su obra, al progreso de la sociedad y de la humanidad.

El reconocimiento de un Gran Arquitecto y de su Plan Perfecto para la Humanidad, y el esfuerzo individual para la comprensión y realización de este Plan, serán, por consiguiente, la base de toda actividad social realizada por la Masonería en su conjunto, y de toda verdadera Obra o Acción Masónica. No puede ser masónica ninguna actividad cuya base se aleje de tales principios.

Además de ser impersonal, en el sentido en que cada obrero debe esforzarse en comprender y realizar impersonalmente la porción del plan que le ha sido individualmente asignada por el Gran Arquitecto, la Obra Social de la Masonería debe distinguirse por su carácter universalmente constructor.

Así, pues, no puede ser masónica ninguna obra o actividad demoledora, disolvente o destructora o que tienda a dividir el conjunto de la Sociedad y de la Humanidad; y los masones deben distinguirse por hacer doquiera obra constructiva, esparciendo constantemente el cemento de la Tolerancia, de la Fraternidad y de la Solidaridad entre todas las piedras y fragmentos que concurren a formar el vasto Edificio Social y Humano –hombres individualmente y sus diferentes agrupaciones.

Siendo constructora, la Obra y Actividad de la Masonería será siempre pacífica, sea en el interior de una determinada Nación o Sociedad, sea en lo que concierne a las relaciones entre razas, pueblos y naciones. Más que internacional , la Obra Social de la Masonería ha de ser universal, pues no debe limitarse a que se estrechen mutuos vínculos entre las naciones, sino que, considerando toda la Humanidad como un solo organismo, debe esforzarse en que desaparezcan por completo los prejuicios y barreras ilusorias que las dividen.

Combatiendo el error y el obscurantismo con la Luz de la Verdad, y la esclavitud de los pueblos y de las masas por medio de la iluminación individual, la Obra de nuestra Institución será constantemente libertadora y elevadora, sin ser instigadora o favorecedora de ninguna forma de violencia, por ser éstas contrarias a sus principios de Libertad y Fraternidad y a sus finalidades de pacifismo constructor.

La libertad debe, pues, conseguirse libertando a los individuos y a los pueblos de los errores, vicios e ilusiones que los esclavizan, por medio de una enseñanza, una prensa y una educación más iluminadas, difundidas y eficientes. Por esta razón es especialmente necesario que, como la mística sal de la tierra o la benéfica levadura evangélica, la Masonería extienda la Orientación Elevadora de sus Principios, que tienen por fundamento la Verdad y la Virtud en el campo de la Educación pública y privada.

Su influencia y obra pacífica y constructiva no debe limitarse, por un mal entendido sentimiento del deber o espíritu patriótico, dentro de las fronteras de un país determinado, pues ningún deber puede estar por encima del deber fundamental de humanidad y ningún patriotismo verdadero en contraste con la Verdad de la Unidad Espiritual y Moral de la Familia Humana. Además de alejar las posibilidades de guerras de cualquier naturaleza, y favorecer las más armónicas y justas relaciones, los Masones individualmente, aplicarán todo su poder e influencia en disminuir los horrores de toda conflagración civil o internacional.

En el campo profesional y político, la Masonería debe extender la influencia de su Obra constantemente moralizadora, por medio de la orientación de sus Principios que son los que deben gobernar a los pueblos como a los individuos, indicando a cada cual el Sendero del Bien, de la Rectitud y de la Justicia, elevando la comprensión del deber y de la responsabilidad individual, como miembros privilegiados de aquel inmenso organismo, constituido por la Humanidad en su conjunto, para cuyo bienestar, progreso y elevación debe esforzarse en cooperar.

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