LA PIRÁMIDE

ALDO LAVAGNINI

La unión del ternario con el cuaternario realiza un perfecto quinario en la pirámide, que constituye el plan arquitectónico de los grandiosos monumentos que nos quedan de la antigüedad egipcia, mudos testigos de la Sabiduría Constructora, de la que podemos alabarnos ser, como masones, los herederos.

Así como el delta (véase a este propósito el "Manual del Aprendiz") puede considerarse como la proyección del tetraedro sobre uno de sus lados, así también el cuadrado con el punto central, símbolo de la Logia Masónica, es análogamente la proyección de una pirámide de base cuadrada.

En la Pirámide vemos el ternario divino que se realiza en cada una de sus caras, correspondientes a los cuatro elementos, cada uno de los cuales aparece en su triplicidad (según las tres gunas o cualidades de actividad, inercia y ritmo) exactamente como en el Zodíaco. Los cuatro espígulos que unen las caras, muestran las cualidades comunes a los elementos de dos en dos: masculinos y femeninos, positivos y negativos; y los cuatro espígulos inferiores representan los cuatro elementos en el mismo plano (el plano del Templo Perfecto), en correspondencia con las cuatro direcciones cardinales.
El vértice superior indica la quintaesencia, el quinto principio o elemento, que corresponde al Verbo Inteligente manifiesto en la Logia, del cual se originan los cuatro y en el cual desaparecen; y también el Principio Originario del Universo, "por medio del cual todas las cosas fueron hechas".

La Logia es, por consecuencia, como la Pirámide, una representación perfecta del Universo en sus principios o elementos constituyentes. Además es el emblema de toda construcción perfecta y de toda perfecta Obra Humana o Social. Por esta razón la piedra cúbica, símbolo de la perfección en sí misma, se suele hacer terminar en una pirámide. Y una pirámide es también el emblema de toda perfecta organización social, en la cual cada miembro ocupa su grado y el lugar que le corresponde, cumpliendo así con su deber y su misión en la vida.

También el triángulo rectángulo debe su valor especial al hecho de formar parte de un cuadrado.

Imagen de la piedra cúbica, y el plan ideal de todos los edificios, el cuadrado es, por lo tanto, el emblema de toda realización y de toda Obra Perfecta. Nuestros "mandiles" tienen la forma de un cuadrado; cuadrangular es el Ara en el centro de nuestros Templos; y la misma Logia se representa por un cuadrado con un punto en el medio, que corresponde al Ara y representa el Verbo, el elemento vital animador que caracteriza la actividad masónica dentro del dominio de los cuatro elementos, o de sus cuatro direcciones cardinales.

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