EL CUADRADO

ALDO LAVAGNINI

Así como el triángulo es la expresión de la trinidad, el cuadrado es la expresión del cuaternario. El primero define y circunscribe el Mundo Divino; el segundo representa y sintetiza en sí mismo a la Naturaleza. El mismo Zodíaco, síntesis de las influencias cósmicas, puede representarse subdividiendo en triángulos el espacio comprendido entre dos cuadrados, formando el conjunto la figura conocida con el nombre de “plan de la nueva Jerusalén”, usada por los astrólogos medioevales para sus horóscopos.

Un cuadrado ha sido siempre considerado como la imagen de un Templo perfecto, y con un cuadrado se representa en general el Templo de Salomón. El Templo Masónico, imagen simbólica del Universo, es un cuadrilongo extendido del Oriente al Occidente (o sea, en la dirección de la luz) y comprendido entre el norte y el sur. Todos los templos de la antigüedad, y especialmente los que en su construcción llevan el sello de una mano maestra, están caracterizados por una orientación semejante.

El cuadrado es, pues, después del círculo, la más perfecta entre las figuras llanas, por tener cuatro lados iguales y en perfecta escuadra el uno con el otro, reproduciendo sus cuatro ángulos los 360º de la circunferencia; por esta razón se ha hablado de cuadratura del círculo, pero no de su triangulación. Esta perfecta rectitud de todos sus ángulos es la que permite calcular su superficie por la simple multiplicación de sus dos lados.

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