DEBERES MASONICOS

ALDO LAVAGNINI

Sigue una recopilación de los Deberes de un Francmasón "entresacados de antiguos documentos", que tratan: (1) de Dios y de la Religión, (2) del Jefe del Estado y sus subordinados, (3) de las Logias, (4) de los Maestros, Vigilantes, Compañeros y Apren-dices, (5) de los trabajos del Taller, y (6) de la conducta en la Logia como fuera de la misma, en pasos perdidos, en presencia de profanos, en el hogar y en la vecindad.

En lo que concierne a Dios y a la Religión se nos dice: "Un masón está obligado, como tal, a obedecer la ley moral; y, si bien comprende el Arte, nunca se hará un ateo estúpido, ni un libertino irreligioso.

"Aunque, en los tiempos pasados, los Masones estuvieran obligados, en cada país, a practicar la correspondiente religión3, cualquiera que fuere, se estima ahora más oportuna que no se les imponga otra religión, fuera de aquella sobre la cual todos los hombres están de acuerdo, dejándoles toda libertad en cuanto a sus opiniones particulares. Así, pues, es suficiente que sean hombres buenos y leales, honrados y probos, cualesquiera que sean las confesiones o convicciones que los distinguen.

"Así la Masonería se hará el centro de unión y el medio para establecer una sincera amistad entre personas quienes, fuera de ella, se hubieran siempre mantenido mutuamente alejadas".

Sobre el asunto de la autoridad civil escribe: "El Masón es un sujeto apacible ante los poderes civiles, en cualquier lugar en que resida o trabaje; nunca debe estar implicado en complots o conspiraciones en contra de la paz y de la prosperidad de la nación, ni comportarse incorrectamente con los magistrados subalternos, porque la guerra, la efusión de sangre y las insurrecciones han sido en todo tiempo funestas para la Masonería. . .

"Si algún Hermano viniera a insurreccionar en contra del Estado, deberíase cuidar de favorecer su conversión, aunque teniendo piedad de él, como un desgraciado. Sin embargo, si no está convicto de ningún. otro crimen, la leal confraternidad, aunque desaprobando su rebeldía, fiel al gobierno establecido, sin darle motivo de desconfianza política, no podría expulsarlo de la Logia, ya que sus relaciones con ésta son indispensables".

Y sobre la conducta en la Logia nos recomienda: "Que vuestros disgustos y pleitos no pasen nunca el umbral de la Logia; más aún: evitad las controversias sobre religiones, nacionalidades y política, pues, en nuestra calidad de Masones no profesamos más que la religión Universal antes mencionada. Por otro lado, somos de todas las naciones, de todos los idiomas, de todas las razas, y si excluimos toda política es por la razón de que nunca contribuyó en el pasado a la prosperidad de las logias, ni lo hará en el porvenir".

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