Las Siete Gradas

OSWALD WIRTH

El aprendizaje duraba siete años, de aquí las siete gradas que había que subir para llegar hasta el grado de Compañero. Se ha visto también, en este septenario, una alusión a las siete artes liberales que el Iniciado debe cultivar, comenzando por:
La Gramática que le enseña a hacerse comprender y a expresar correctamente el pensamiento ajeno. Es preciso no tomar aquí la palabra en el sentido vulgar, pues es de presumir que un Maestro no tiene que aprender lo que se enseña a los niños de las escuelas primarias.
La Retórica se refiere en seguida al arte de llamar la atención de un auditorio y de impresionarlo por la forma feliz dada a las ideas expuestas. La Lógica pone en guardia contra toda falsa argumentación, y arma al pensador contra el error y la ilusión. La Aritmética se refiere aquí a la filosofía de los Números, fundamento de toda ciencia iniciática.
La Geometría enseña las leyes de la construcción universal. Aplicada al simbolismo, su método permite al espíritu humano, explorar con seguridad el dominio del misterio.
La Astronomía hace comprender al hombre lo que él es en relación con la inmensidad. La Música, en fin, revela las leyes de la armonía que gobiernan todas las cosas y según las cuales debe ajustarse la obra de la Franc-Masonería.

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