OSWALD WIRTH
Puede uno preguntarse, por qué anomalía la séptima letra del alfabeto latino interviene en un simbolismo que debiera ser estrictamente universal. Es verosímil que un signo de un valor simbólico más general, marcara primitivamente el centro de la gran luz de los Iniciados. El ideograma alquimista de la Sal (círculo con una línea horizontal), después de haber sido abierto a la manera del número 6, puede haber conducido, a nuestra G, pero, ¿No convendría más relacionar este carácter alfabético al símbolo de la fecundación vital (círculo con una cruz dentro) de la cual deriva la antigua cruz llamado Swastika?. Esta rueda del movimiento universal, en la cual el Fuego animador ocuparía, con justo título, el corazón de la Estrella Flamígera. No hay por lo demás referencia de ésta en ningún ritual anterior a 1737, época en la cual este emblema fue adoptado por las Logias francesas, muy influenciadas en ese entonces por la filosofía hermética. Los Masones del siglo XVIII profesaron inmediatamente, además, una especie de culto por la letra G, en recuerdo de la cual, en los términos de los más antiguos catecismos franceses, declaraban haberse hecho recibir Compañeros. En cuanto a la significación de esta letra, es necesario buscarla en las palabras: Gloria, Grandeza, y Geometría; Gloria para Dios, Grandeza para el Maestro de la Logia y Geometría para los hermanos.
- “¿No tiene además otro significado?”, interrogaba en seguida el Venerable, y se le respondía:
-“Más grande que Vos, muy Venerable Maestro”.
-“Y, ¿Qué puede ser más grande que yo, que soy Maestro de una Logia justa y perfecta?”.
- “Dios mismo, de quien esta letra indica el nombre de la palabra God que es inglesa”. No han faltado múltiples explicaciones, desde el misterioso monograma equivalente al Gamma griego y al Gimmel Fenicio (especie de v invertida) que diseñan una escuadra y tienen el tercer lugar en el alfabeto primitivo.
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