OSWALD WIRTH
Es preciso conocer muy mal a la Francmasonería para ver en ella una institución envejecida y próxima a disolverse después de haber cumplido la parte más esencial de su misión. Un serio examen de la cuestión nos llevará más bien a concluir que la Francmasonería apenas salida de su período de infancia, lejos de estar próxima a morir, por así decirlo, aún no ha vivido. Nacida ayer, se ha desarrollado, ha engrandecido, pero aún no ha alcanzado la edad adulta, esa faz que permite a los seres tomar posesión de sí mismos.
Estando todavía en la cuna, ha ahogado, como Hércules, las serpientes que una diosa llena de celos había excitado en su contra. Pero esta hazaña es insignificante en comparación con los trabajos que aún le quedan por desarrollar.
La Francmasonería está llamada a rehacer el mundo y la tarea no es, en ningún caso, superior a sus fherzas, a condición de que siga siendo lo que debe ser.
¿Podrá lograrlo? - Ciertamente, puesto que tiene la facultad de perfeccionarse y de adquirir todo lo que le falte.
Y lo que más le falta es la conciencia de sí misma. Es igual al adolescente que siente en sí despertarse el sentido del pensamiento.
Los masones no han actuado hasta hoy sino por instinto; guiados por sentimientos más o menos confusos, antes que por un discernimiento razonado. Pero ya la razón se ha manifestado en ellos, por ese espíritu de rebelión, que los lleva a preguntar: “por qué?”. Resistiéndose a aceptar los usos, únicamente porque son antiguos, se quiere saber qué los justifica. Es, pues, el momento de hacer comprender la Masonería. No debe ya contentarse con ser simplemente simbólica, es preciso que se haga iniciática.
Y cuando los masones estén instruidos, cuando sean verdaderos Iniciados, Pensadores en toda la extensión de la palabra, entonces, ¿cuál no será su poder?.
Han hecho tanto, aún actuando inconscientemente, así es que de ellos se puede esperar la realización de obras todavía más gigantescas, de transformaciones que modifiquen la faz de las cosas y aseguren la salud colectiva de los hombres.
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