ALDO LAVAGNINI
De ambos lados, Norte y Sur, están los asientos, respectivamente, de los Aprendices, de los Compañeros y de los Maestros: los primeros tienen que sentarse en la región menos iluminada por el Sol por ser todavía incapaces de soportar la plena luz del Mediodía, en donde los compañeros y los Maestros, del lado del Occidente y del Oriente, respectivamente, trabajan con provecho, los primeros ayudando a los segundos.
La parte oriental del Templo se halla elevada sobre tres gradas, con respecto al piso de la Logia, significándose con ello que no se puede llegar al Mundo de las Causas sino elevándose por medio de la abstracción y de la meditación a las regiones superiores del pensamiento, donde aparecen con claridad los Principios originarios que constituyen la Esencia Eterna de las cosas sensibles.
Sobre esta elevación se sientan, respectivamente, al Norte y al Sur, y a la derecha e izquierda del Ven.•.M.•., el Secretario y el Orador, y más abajo, el Hospitalario y el Tesorero, el Portaestandarte y el Maestro de ceremonias. Estos, con los dos Diáconos, los dos Expertos y el Guardatemplo constituyen los Oficiales de la Logia, que cooperan con los tres Dignatarios en las diferentes ceremonias que se desarrollan para el orden y armonía de los trabajos.
De acuerdo con la etimología que hemos dado para esa palabra, el templo masónico no tiene ventanas: esto significa que no recibe luz de afuera, sino únicamente de adentro. Por esta razón tiene que cerrarse herméticamente al mundo profano y su puerta está vigilada constantemente por el Guardatemplo, armado de espada, símbolo de la vigilancia que constantemente debemos ejercer sobre todos nuestros pensamientos, palabras y acciones, para hacer de ellos un uso constructivo, y progresar constantemente en el sendero de la Verdad y de la Virtud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario