SIGNIFICADO DE LA INICIACIÓN

ALDO LAVAGNINI

Llegando a este punto, la primera cosa que se hace necesaria es comprender el significado de la palabra iniciación y cómo debe interpretarse.
Iniciación es palabra derivada del latín initiare, que tiene la misma etimología de initium, “inicio o comienzo”, viniendo las dos de in-tere, “ir dentro o ingresar”. Así es que hay en ella el doble sentido del “ingreso en” y del “comienzo o principio de” una nueva cosa. En otras palabras, iniciación es la puerta que conduce a ingresar en un nuevo estado moral o material, en el cual se inicia o comienza una nueva manera de ser o de vivir. Este nuevo estado, esta manera de ser y vivir, son los que caracterizan al “iniciado” y lo distinguen del profano, en cuanto el primero, habiendo ingresado en él, lo conoce desde adentro, mientras el segundo queda fuera del mismo, fuera del Templo de la Sabiduría o de un real conocimiento de la Verdad y de la Virtud, de las cuales reconoce únicamente los aspectos profanos o exteriores que constituyen la moneda corriente del mundo.
Así pues, este ingreso no es ni puede considerarse únicamente como material, no es ni puede ser solamente la recepción o aceptación en una determinada asociación, sino que debe considerarse, primero y fundamentalmente, como el ingreso en un nuevo estado de conciencia, a una manera de ser interior, de la cual la vida exterior es efecto y consecuencia.
Se necesita, en otros términos, una palingenesia, un nacimiento o renacimiento interior, una transformación o transmutación del íntimo estado de nuestro ser para efectivamente iniciarse, o ingresar, en una nueva visión de la realidad: en aquella nueva manera de pensar, vivir y obrar que caracteriza al Iniciado y al Masón verdaderos.
Por esta razón el símbolo fundamental de la iniciación es el de la muerte, como preliminar para una nueva vida; la muerte simbólica al mundo o estado “profano” necesario para el renacimiento simbólico; o sea la negación de los vicios, errores e ilusiones que constituyen los “metales” groseros o cualidad inferiores de la personalidad, para la afirmación de la Verdad y de la Virtud, o de la Intima Realidad, que constituye el oro puro del Ser, la Perfección del Espíritu que mora en nosotros y se expresa en nuestros Ideales y en nuestras Aspiraciones más elevadas.

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