PIEDRA BRUTA

Lluvia
La Masonería, vía iniciática heredera de la Tradición Primordial, y rama viva de la Tradición Hermética, posibilita a través de su influencia espiritual y del conocimiento de sus símbolos, mitos y ritos, la realización efectiva de la iniciación o realización del "Plan del Gran Arquitecto del Universo".

Para el neófito, la muerte simbólica y ritual que ha experimentado en el rito de iniciación a los Misterios, es real. Muere a toda una visión del mundo y de sí mismo, ilusoria, exterior y profana, identificada con sus aspectos individuales y mortales, y renace a otra realidad interior, vertical y sagrada, aquella que le permite identificarse con su verdadero ser, inmortal y eterno.

El iniciado pide la Luz. Luz del Espíritu, verdadero conocimiento del que todas las Tradiciones dan testimonio y son depositarias, única capaz de regenerarlo y conectarlo con su verdadero origen, del que se dice que no hemos salido jamás sino por un sueño del que el iniciado quiere despertar. "Todas las experiencias, todas las cosas exteriores que le rodean no son más que una oportunidad para ayudarle a tomar conciencia de lo que ya reside en él mismo. Este despertar es lo que se llama anamnesis que significa 'reminiscencia.' "1

El aprendiz emprende así la aventura del conocimiento de sí mismo, en la búsqueda incesante de la verdad, reconociendo su verdadera herencia, o legado espiritual, al que debe sumarse con su Arte. Esta verdad se le va revelando con la ayuda de un modelo o código simbólico y sagrado. Los símbolos aparecen como luces, puertas, son verdaderos soportes de conocimiento que despiertan la inteligencia. Son ideas-fuerza, vehículos diseñados para la realización espiritual que por su propia naturaleza pueden conducirlo desde la externa realidad material hasta lo más interno e invisible de sí mismo, su verdadero ser, al igual que el rito, que es el mismo símbolo en acción ejecutado conforme a una idea o arquetipo. "En cuanto a los trabajos del aprendiz lo primero es llevar esta idea de rito a todos los ámbitos de la vida y su cotidianidad personal."2

El proceso iniciático es análogo al proceso cósmico, repite sus mismas fases. La "Piedra Bruta" es un símbolo del Caos precósmico, antes del cosmos, antes del orden. En él están depositados todos los gérmenes que se van a desarrollar y van a dar paso al Cosmos, al orden. La Logia masónica es una imagen del cosmos.

Al aprendiz se lo simboliza como la "piedra bruta", materia caótica, sin formar, sin pulir, análoga a la materia prima de la obra alquímica, ya que todavía está revestido de su anterior formación profana, a saber: todas aquellas falsas ideas de lo que uno es, prejuicios adquiridos, historia personal con todos sus condicionamientos varios, ilusorios y relativos, provocados por un medio profano e ignorante como es el que caracteriza a nuestro "mundo moderno"; y que no son en definitiva más que aquellas imperfecciones que le impiden ver o encarnar la Verdad revelada que permanece oculta en su interior.

Todo el arte de debastado y pulimiento de esa piedra informe, es una labor que debe realizar consigo mismo, de purificación y regeneración total de la psiqué, de su alma, para que cada vez sea más conforme al espíritu. En el intento por ir de las "tinieblas a la luz", de lo individual a lo Universal, del caos al orden. El es el artífice y el objeto de la Gran Obra o Arte Real y para que pueda llevar a cabo tan digno oficio, dispone de dos útiles o herramientas: el mazo, símbolo de la voluntad, acorde con la Voluntad divina, perseverancia que propicia la fe, aquella certeza capaz de mantener viva la llama del corazón. Idea de sacrificio (de hacer sagrado), visión vertical. Es la firme determinación del aprendiz de perseverar y aceptar la responsabilidad que implica el trabajo interior de regenerarse a sí mismo. Voluntad activa, fuego del amor, amor al Conocimiento que posibilita la concentración constante en lo más interior de sí mismo para poder parar el tiempo ordinario, y conectarse con el Misterio, abrirse a él. La otra herramienta es el cincel. Símbolo de la Inteligencia, "rigor intelectual" que discierne entre lo verdadero (lo que es él mismo), de lo falso o ilusorio (de lo que no es). Es la recta intención en todos sus actos. "Energía capaz de seleccionar los valores y ponerlos en su lugar, creando un orden mental en oposición al caos de la ignorancia"3. Diosa que despierta la intuición del corazón y de la memoria, y a la que el iniciado deberá invocar constantemente para que lo ilumine.

El aprendiz con coraje y amor, en una labor que requiere paciencia y perseverancia, deberá golpear armoniosamente la piedra bruta, gracias a la voluntad activa del mazo, en un gesto que nace del corazón porque va en busca de la verdad, porque quiere conocerse realmente a sí mismo, Gracia que le confiere el espíritu. Y es guiado por la Inteligencia del cincel, fuerza creadora y receptiva, "fuerza capaz de dominar las pasiones gracias al fuego interno del amor y la voluntad"4, que concentra el golpe orientándolo hacia el lugar apropiado. Para ello descenderá a las regiones más inferiores y exteriores de él mismo, separando lo más denso de lo más sutil; sometiendo a todos sus "yoes" individuales y dispersos para que caigan "por su propio peso", en una voluntad constante por "reunir lo disperso", por "hilar", por restablecer el orden. Idea de Centro y de Eje. El aprendiz debe reconocer que no sabe, que todo debe ser aprendido, tratará de vaciarse de todo contenido, ejercitándose en la práctica del silencio interior, de la invocación y el estudio de lo Sagrado, abriéndose así a un estado receptivo del alma para que el espíritu lo fecunde, lo que le permitirá acceder cada vez más a su propia interioridad, caverna del corazón donde reside la Deidad. "Hágase en mí según tu palabra"5, actitud interior que le permite acceder a otros estados superiores del ser; vivir el mito, historia ejemplar a la que reconoce como su verdadera historia. Todo es aquí y ahora, en un eterno presente, por eso el iniciado sabe que los dioses están vivos, constituyen su verdadero ser, su realidad íntima, memoria de los orígenes. "El mito siempre presente es legado al hombre por la Tradición para recorrer y reconocer del mundo primigenio todos los aspectos de la naturaleza humana en una representación cósmica permanente de nosotros mismos, más allá de nosotros mismos, arquetípica y atemporal."6

El aprendiz invocará a las musas para que lo inspiren y a los dioses para que lo auxilien en este recorrido de su alma, análogo al recorrido del alma en su viaje post-mortem, del que se dice que Hermes, deidad intermediaria, mensajero e intérprete de los dioses, es conductor y guía. Y de este modo se le puedan ir revelando los secretos o enseñanzas de su grado, a las que vive como lo milagroso, realizando todos estos trabajos a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo.



Notas
1 René Guénon, Mélanges cap.V.
2 Federico González, Simbolismo y Arte.
3 Federico González Simbolismo y Arte.
4 Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha, Carta XI del Tarot.
5 Biblia de Jerusalén, S. Lucas I, 38.
6 "Alabanza", de Antonio Casanovas, en la revista SYMBOLOS Nº 3.

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