LA PUERTA: LUGAR DE TRANSITO Y SEÑAL DE CAMBIO

El simbolismo de la Puerta y del Umbral

Atanor

La Puerta es el primer elemento simbólico que interviene en todo ritual Masónico, al estar situada en los límites que determinan el interior y el exterior del Templo y por ser, además, un lugar de paso para acceder al mismo. Para los Masones éste símbolo cobra fuerza y presencia con la entrada al Templo, en primer lugar, y luego con la apertura de los Trabajos mediante el cierre de la puerta para poder trabajar "a cubierto". Observemos que en la palabra "apertura" va implícito el término PUERTA en un sentido de OBERTURA y de permitir el paso. También para los profanos la Puerta es el primer símbolo que actúa en la ceremonia de Iniciación y aunque no hay consciencia en ese momento de su presencia, si se puede llegar a percibir un cierto "cambio de ambiente" cuando se franquea.

El significado de la PUERTA como símbolo lleva inherente también el de UMBRAL. Ambos estarán presentes en el estudio de esta Plancha Grabada. La puerta simboliza la comunicación entre dos estados y, sobre todo, la posibilidad de acceso de uno al otro. Es la frontera que separa un ámbito interno de Luz, al que se aspira a acceder, de otro de tinieblas, de donde se viene. La puerta es la delimitación de dos mundos, el interior o sagrado y el mundo exterior o profano. Debemos recordar que la palabra profano deriva de la raíz latina fanum que significa templo y de la cual se deriva la voz pro-fanum cuyo significado es todo aquello que está situado por fuera de las puertas del Templo. En otro grado de significación, la Puerta, para el profano que la busca, no tiene un significado de llegada sino, por el contrario es el punto de partida hacia otra condición del ser.

El umbral es un escalón de piedra situado en la parte inferior de la puerta y en oposición al dintel colocado en la parte superior de la misma. El umbral es un lugar de tránsito a través de la Puerta, es el instante crucial de cambio, es el momento íntimo en el cual no se está ni en uno ni en otro estado. En el umbral no se puede permanecer, es sólo un lugar de paso, es un punto de no retorno. Atravesar el umbral es constatar una transformación de la condición del ser, e implica dejar atrás tanto lo banal y superfluo como lo recurrente y mundano, para recibir el aire nuevo de una influencia diferente. El umbral se puede traspasar en dos sentidos: entrando, con lo cual marca una dirección evolutiva; o saliendo, como reflejo de una involución. O dicho de otra forma, como inicio o final de un ciclo.

La puerta no es un elemento pasivo en la configuración de un Templo masónico, no es la simple discontinuidad de una pared para permitir o impedir la entrada. Por el contrario tiene una función muy activa y la capacidad de transmitir un mensaje, como cualquier otro elemento simbólico del Templo. La función activa de la puerta como símbolo se traduce en la capacidad de facilitar el paso o de impedirlo, es decir, el paso a su través es selectivo y requiere de un reconocimiento previo para entrar. Se desprende, también, una función de seguridad en el sentido de garantizar que el recogimiento del interior no será perturbado por ningún elemento ajeno a la Logia. Finalmente se ha de añadir que si la puerta garantiza la protección de una eventual acción externa, también protege de la posible pérdida de las Energías recibidas en el interior del Templo durante la celebración del ritual masónico. En ese sentido, la puerta, "herméticamente" cerrada, "guarda el calor" de las energías recibidas y garantiza que los Trabajos alcancen el "punto de ebullición máximo", cuyos frutos son "los secretos que deberán ser guardados en lugar Seguro y Sagrado". Por lo tanto, éste símbolo se puede considerar como el reflejo de la Puerta del Gran Atanor alquímico, el cual va a permitir la creación de un calor reverberado en su interior que transformará la materia.

La situación de la puerta en el Templo también refleja una significación simbólica. Al estar situada al Occidente, lugar por donde se pone el sol, denota que más allá de la misma están las tinieblas, el mundo de la obscuridad y de lo mundano, o, como se ha dicho antes, el mundo profano. El Occidente es el lugar donde llega la Luz en sucesivos estados de manifestación procedente del Oriente. La puerta situada al Occidente denota el punto de partida hacia el Origen de la Luz. Es el inicio de un viaje que remontando "río arriba" nos lleva hasta "las Fuentes del Origen". La Puerta es, por lo tanto, el comienzo de un largo camino de retorno.

En el Occidente hay, a su vez, otras dos puertas simbólicas. Son las correspondientes a las columnas "B" y "J" las cuales representan las "puertas solsticiales". La segunda permite el acceso a otro plano y la primera es la entrada a este plano. Junto con las otras cinco columnas de mediodía y las cinco de septentrión, conforman doce en total, cada una de ellas con una correspondencia astrológica. Los signos zodiacales que se corresponden con las puertas solsticiales son los de Cáncer y Capricornio.

Si pasamos del símbolo al rito vemos que la idea de seguridad o protección es representada por la figura del Guarda Templo. En el R:. E:. A:. A:. se contemplan dos Guarda templos, el externo y el interno. El primero actúa como vigilante externo salvaguardando los Trabajos de cualquier distorsión originada en el mundo profano. El segundo interviene como guardián o vigilante del umbral, siendo su zona de acción aquella que va desde el mismo marco de la puerta hasta las dos columnas. Esta área en el interior del Templo es considerada como el umbral simbólico.

Es posible que la figura del Guarda Templo tenga un origen caballeresco, como reminiscencia de las órdenes de caballería vigilantes y guardianes de los lugares Sagrados. Estas órdenes tenían una misión de "defensa exterior" de la "Tradición Sagrada", ocultándola a los ojos profanos para salvaguardarla. Dicha Tradición se situaba en el círculo más interno al que los caballeros no tenían acceso, pero sí consciencia de lo que guardaban.

Siguiendo con el hilo argumental de esta Plancha, añadiré que la función de reconocimiento la representa el H:. Experto, el cual se desplaza hasta el umbral para retejar a los HH:. del propios Taller. Si se trata de HH:. visitantes, el Experto ha de cruzar el umbral, y es en el exterior donde tiene lugar el retejeo. También la petición de la Palabra Sagrada o las palabras de paso solicitadas por el Experto sirven, no sólo para diferenciar lo propio de lo ajeno, sino para permitir el paso a los diversos grados de vibración de los Trabajos.

Desde el punto de vista ritual la forma de cruzar la Puerta y acceder al Templo tiene un significado que vale la pena comprender. Si se trata de un profano, la entrada al Templo será la permitida por la ceremonia de Iniciación, y el acercamiento a la Puerta del Templo se hará en varias etapas. Cuando la decisión del profano en buscar la Luz es firme, las Aplomaciones realizadas por tres Maestros primero y su estancia en la Cámara de Reflexión después, le prepararán para la entrada. Pero será a las puertas del Templo donde empieza para el profano su proceso de Iniciación al situarse delante del primer símbolo que va a actuar de forma efectiva sobre él: una Puerta abriéndose para franquearle el acceso. El paso de lo profano a lo Sagrado no es fácil, por eso entrará por una Puerta "baja y estrecha". Este hecho también sitúa al candidato en un nivel más bajo comparado con los ya iniciados que le reciben en el interior del Templo. Además, el tránsito por el umbral se relaciona con el final de un ciclo profano y el nacimiento a lo Sagrado, representándose ritualmente con la postura del recipiendario entrando en una posición casi fetal a través del umbral, estableciéndose una clara analogía con el nacimiento biológico.

Para un Masón la forma ritual de acceder al Templo es dando los tres pasos del Aprendiz en el mismo umbral del Templo, dejando constancia en cada entrada de la dificultad del cambio. Asimismo cuando se incorpora un Hermano del propio Taller a unos Trabajos ya iniciados, la entrada simbólica antes mencionada y el saludo a las Tres Luces de la Logia, le acoplan de una manera rápida al ritmo y "nivel de vibración" de los Trabajos. Cuando el que pretende entrar es un Hermano ajeno al Taller, que ya ha iniciado los Trabajos, y además no es conocido por ninguno de los presentes, deberá ser retejado previamente por el H:. Experto a las Puertas del Templo para preservar el estado de inmunidad de la Logia.

Todo lo expuesto hasta aquí permite ver que la Puerta lejos de tener una significación de "barrera" pasiva que se abre y se cierra mecánicamente, tiene una fuerza activa determinante en el correcto desarrollo de los Trabajos. Su función selectiva de inmunidad (reconocimiento) y de cierre hermético, van a determinar de una forma intencionada y consciente que la "Energía" acumulada en el interior del Templo se preserve sin "fugas" ni agresiones externas y pueda ser guardada en lugar "Seguro y Sagrado" en el interior de cada uno de los HH:. que participan del ritual.

La Puerta del Templo es el primer umbral de los muchos que presumiblemente se han de cruzar en un viaje iniciático. Pero sin este umbral no podrán venir los siguientes. Por eso cualquier ritual o símbolo que pretenda RE-CREAR un ciclo cósmico, empieza con la representación de una Puerta o alguno de sus equivalentes simbólicos (escalera, túnel, columna, etc.). Es por eso que en la Apertura de los Trabajos Masónicos el primer símbolo en cobrar fuerza de presencia es la Puerta y el primer personaje que "entra en escena" en el ritual, a instancias del Venerable Maestro, es el Guarda Templo.

He dicho

EL TALLER. Revista de Estudios Masónicos

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