ENTRE LA ESCUADRA Y EL COMPAS

René Guénon

Un punto que da lugar a una vinculación particularmente notable entre la tradición extremo-oriental y las tradiciones iniciáticas occidentales, es el que concierne al simbolismo del compás y la escuadra: éstos, como ya hemos indicado, corresponden manifiestamente al círculo y al cuadrado1, es decir a las figuras geométricas que representan respectivamente el Cielo y la Tierra2. En el simbolismo masónico, y conforme a esta correspondencia, el compás es normalmente situado arriba y la escuadra abajo3; entre los dos está generalmente figurada la Estrella flamígera, que es un símbolo del Hombre4, y más concretamente del "hombre regenerado"5, completándose así la representación de la Gran Tríada. Además, se dice que "un Maestro Masón se encuentra siempre entre la escuadra y el compás", es decir en el lugar mismo donde se inscribe la Estrella flamígera, que es propiamente el "Invariable Medio"6; así, pues, el Maestro es asimilado al "hombre verdadero", situado entre la Tierra y el Cielo y ejerciendo la función de "mediador"; y esto es tanto más exacto cuanto que, simbólica y "virtualmente" al menos, si no efectivamente, la Maestría representa el acabamiento de los "pequeños misterios", cuyo término es el estado de "hombre verdadero"7; tenemos ante nosotros un simbolismo rigurosamente equivalente al que hemos encontrado anteriormente, bajo diferentes formas, en la tradición extremo-oriental.

Maestro Masón

A propósito de lo que hemos dicho sobre el carácter de la Maestría, señalaremos lo siguiente: este carácter, perteneciendo al último grado de la Masonería propiamente dicha, concuerda muy bien con el hecho de que, como lo hemos indicado en otro lugar8, las iniciaciones de oficio y las que de ellas se derivan se refieren propiamente a los "pequeños misterios". Es necesario añadir que en lo que se denomina los "altos grados", y que está formado de elementos de procedencias muy diversas, encontramos algunas referencias a los "grandes misterios", entre las cuales existe una que se vincula directamente con la antigua Masonería operativa, lo cual indica que ésta abría algunas perspectivas sobre lo que está más allá de los "pequeños misterios": nos referimos a la distinción que en la Masonería anglo-sajona se hace entre la Square Masonry y la Arch Masonry. En efecto, en el pasaje "from square to arch", o, como se decía de manera equivalente en la Masonería francesa del siglo XVIII, "del triángulo al círculo" 9, hallamos la oposición entre las figuras cuadradas (o más generalmente rectilíneas) y las figuras circulares, en tanto que corresponden respectivamente a la Tierra y el Cielo; se trata por tanto de un paso del estado humano, representado por la Tierra, a los estados supra-humanos, representados por el Cielo (o los Cielos10), es decir de un paso del dominio de los "pequeños misterios" al de los "grandes misterios"11.

Para volver a la vinculación que señalábamos al comienzo, aún debemos decir que en la tradición extremo-oriental el compás y la escuadra no sólo sirven para trazar el círculo y el cuadrado, sino que en algunos casos aparecen expresamente como atributos de Fo-hi y de Niu-kua, tal como lo hemos señalado en otra ocasión12; pero en aquel momento no reparamos en una particularidad que a primera vista puede parecer una anomalía, y que debemos explicar ahora. En efecto, el compás, símbolo "celeste", luego yang o masculino, pertenece propiamente a Fo-hi, y la escuadra, símbolo "terrestre", luego yin o femenino, a Niu-kua; sin embargo cuando se los representa juntos y unidos por sus colas de serpientes (correspondiendo así a las dos serpientes del caduceo), es al contrario Fo-hi el que lleva la escuadra y Niu-kua el compás13. Esto se explica en realidad por un cambio semejante a aquel del que se ha tratado antes en lo relativo a los números "celestes" y "terrestres", cambio que en ese caso puede calificarse propiamente de "hierogámico"14; sin ese cambio no se entendería que el compás pudiera pertenecer a Niu-Kua, tanto más cuanto que las acciones que le son atribuidas la representan ejerciendo sobre todo la función de asegurar la estabilidad del mundo15, función que se relaciona perfectamente con el aspecto "substancial" de la manifestación, y que la estabilidad está expresada en el simbolismo geométrico por la forma cúbica16. Por el contrario, en cierto sentido, la escuadra pertenece a Fo-Hi en tanto que "Señor de la Tierra", la cual le sirve para medir17, y, bajo este aspecto, Fo-Hi corresponde en el simbolismo masónico, al "Venerable Maestro que gobierna por la escuadra" (the Worshipful Master who rules by the square18); pero, si es así, es porque él, en sí mismo y no ya en su relación con Niu-Kua, es yin-yang, habiendo sido reintegrado en el estado y la naturaleza del "hombre primordial".

Bajo este nuevo aspecto la escuadra toma otra significación, porque, por el hecho mismo de que esté formada por dos brazos rectangulares, puede ser tomada también como la reunión de la horizontal y la vertical, que, en uno de sus sentidos, y como hemos visto anteriormente, corresponden respectivamente a la Tierra y al Cielo, lo mismo que al yin y al yang en todas sus aplicaciones; por otro lado, así es en efecto como se considera, en el mismo simbolismo masónico, la escuadra del Venerable: como la unión o la síntesis del nivel y la perpendicular19.

Añadiremos una última observación en lo que concierne a la figuración de Fo-Hi y de Niu-Kua: el primero está situado a la izquierda y la segunda a la derecha20, lo que se corresponde exactamente con la preeminencia que, por lo general, la tradición extremo-oriental atribuye a la izquierda con respecto a la derecha, y cuya explicación hemos dado anteriormente.21 Asimismo, Fo-Hi sostiene la escuadra con la mano izquierda, y Niu-Kua sostiene el compás con la mano derecha; en este sentido, y con motivo de la significación respectiva del compás y la escuadra, se debe recordar estas palabras que ya hemos citado: "La Vía del Cielo prefiere la derecha y la Vía de la Tierra prefiere la izquierda"22. Se ve pues con toda claridad, con un ejemplo como éste, cómo el simbolismo tradicional es perfectamente coherente siempre, y asimismo que no podría prestarse a ninguna "sistematización" más o menos estrecha, pues debe responder a la multitud de puntos de vista diversos bajo los cuales las cosas pueden ser consideradas, abriendo así a posibilidades de concepción realmente ilimitadas.



Notas
* Capítulo XV de La Grande Triade. Ed. Gallimard. París, 1980. Hay versión en castellano en Ed. Obelisco. Barcelona, 1986.
1 Señalaremos que en inglés la misma palabra square designa por igual la escuadra y el cuadrado; en chino la palabra fang tiene también las dos significaciones.
2 La manera en que el compás y la escuadra están dispuestos el uno con respecto al otro en los tres grados de la Craft Masonry [Masonería del Oficio], muestra las influencias celestes dominadas primero por las influencias terrestres, desprendiéndose gradualmente de ellas y acabando por dominarlas a su vez
3 Cuando esta posición se invierte, el símbolo toma una significación particular que ha de relacionarse con la inversión del símbolo alquímico del Azufre, que representa el cumplimiento de la "Gran Obra"; lo mismo podemos decir del simbolismo de la lámina 12 del Tarot.
4 La Estrella flamígera es una estrella de cinco puntas, y 5 es el número del "microcosmos"; por otro lado, esta asimilación está expresamente indicada en el caso en que la figura misma del hombre está representada en la estrella (identificándose la cabeza, los brazos y las piernas a sus cinco puntas), como podemos ver sobre todo en el pentagrama de Agrippa.
5 Según un antiguo ritual, "la Estrella flamígera es el símbolo del Masón (podría decirse más generalmente del iniciado) resplandeciendo de luz en medio de la tinieblas (del mundo profano)". Existe aquí una alusión evidente a estas palabras del Evangelio de San Juan (1, 5): "Et Lux in tenebris lucet, et tenebrae eam non comprehenderunt".
6 No es sin motivo, pues, que la Logia de los Maestros sea llamada la "Cámara del Medio".
7 En relación con la fórmula masónica que acabamos de citar, señalaremos que la expresión china "bajo el Cielo" (Tien-hia), que ya hemos mencionado y que designa el conjunto del Cosmos, es susceptible de tomar, desde el punto de vista propiamente iniciático, un sentido particular, correspondiente al "Templo del Espíritu Santo, que está en todas partes", y donde se reunen los Rosa-Cruces, que son también los "hombres verdaderos". (cf. Aperçus sur l'Initiation, caps. XXXVII y XXXVIII). A este respecto, recordaremos también que el "Cielo cubre", y precisamente los trabajos masónicos deben efectuarse "a cubierto", siendo la Logia, por otro lado, una imagen del Cosmos (cf. El Rey del Mundo, cap. VII).
8Aperçus sur l'Initiation, cap. XXXIX.
9 El triángulo ocupa aquí el lugar del cuadrado, al ser como él una figura rectilínea, lo cual en nada cambia el simbolismo de que se trata.
10 En todo rigor, aquí no se trata de los mismos términos con que son designados en la Gran Tríada, sino de algo que corresponde a un determinado nivel y que está comprendido en el interior del Universo manifestado, como en el caso del Tribhuvana [Cielo-Atmósfera-Tierra], pero con esta diferencia: que la Tierra, en tanto que representa el estado humano en su integralidad, debe ser tomada como comprendiendo a la vez la Tierra y la Atmósfera o "región intermediaria" del Tribhuvana.
11 La bóveda celeste es la verdadera "bóveda de perfección" mencionada en algunos grados de la Masonería escocesa; por otro lado, esperamos poder desarrollar en otro estudio las consideraciones de simbolismo arquitectónico que se refieren a esta cuestión.
12El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos, cap. XX.
13 Por el contrario, tal inversión de los atributos no existe en la figuración del Rebis hermético, donde el compás es sostenido por la mitad masculina, asociada al Sol, y la escuadra por la mitad femenina, asociada a la Luna. A propósito de las correspondencias del Sol y de la Luna, remitiremos a lo que hemos dicho en una nota precedente acerca de los números 10 y 12, y también a las palabras de la Tabla de Esmeralda: "El Sol es su padre, la Luna es su madre", que se refieren precisamente al Rebis o al "Andrógino", siendo éste la "cosa única" en que se reúnen las "virtudes del Cielo y de la Tierra" (única en efecto en su esencia, aunque doble, res bina, en cuanto a sus aspectos exteriores, como la fuerza cósmica de la que hemos hablado más arriba y que simbólicamente recuerdan las colas de serpientes en la representación de Fo-Hi y de Niu-Kua).
14 M. Granet reconoce expresamente este intercambio del compás y la escuadra (Le Pensée chinoise, p. 363), así como para los números impares y pares; esto le hubiera evitado el enojoso error de calificar al compás de "emblema femenino" como lo hace en otro lugar (nota de la pág. 267).
15 Ver El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos, cap. XXV.
16 El intercambio de atributos entre Fo-Hi y Niu-Kua se puede relacionar con el hecho de que en las láminas 3 y 4 del Tarot, un simbolismo celeste (estrellas) se atribuye a la Emperatriz y un simbolismo terrestre (piedra cúbica) al Emperador; además, numéricamente y por el rango de estas dos láminas, la Emperatriz se encuentra en correspondencia con el 3, número impar; y el Emperador con el 4, número par, lo que reproduce de nuevo el mismo intercambio.
17 Volveremos un poco más adelante sobre esta medida de la Tierra, a propósito de la disposición del Ming-Tang.
18 El Imperio organizado y regido por Fo-Hi y sus sucesores estaba constituido de manera que fuese, como la Logia en la Masonería, una imagen del conjunto del Cosmos.
19 El nivel y la perpendicular son los atributos respectivos de los dos Vigilantes (Wardens), por lo que están puestos en relación directa con los dos términos del complementarismo representado por las dos columnas del Templo de Salomón. Convendría señalar aún que mientras que la escuadra de Fo-Hi parece ser de brazos iguales, la del Venerable, por el contrario, debe tener regularmente brazos desiguales; esta diferencia puede corresponder, de manera general, a las formas del cuadrado y de un rectángulo más o menos alargado; pero, además, la desigualdad de los brazos de la escuadra se refiere más precisamente a un "secreto" de la Masonería operativa relativo a la formación del triángulo rectángulo, cuyos lados son respectivamente proporcionales a los números 3, 4 y 5, triángulo cuyo simbolismo volveremos a encontrar a lo largo de este estudio.
20 En este caso, se trata naturalmente de la izquierda y la derecha de los personajes, y no las del espectador.
21 En la figura del Rebis, la mitad masculina está por el contrario a la derecha y la femenina a la izquierda; además esta figura no tiene más que dos manos, donde la derecha sostiene el compás y la izquierda la escuadra.
22Cheu-li.

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